El cáncer de mama es el crecimiento descontrolado de las células de tejido mamario, lo que conduce a un tumor, el cual puede invadir otros órganos y repercutir en lo que se conoce como metástasis.
Según la Organización Mundial de la Salud, es el cáncer más diagnosticado a nivel mundial y el que más muertes causa entre las mujeres; aproximadamente 1 de cada 12 mujeres tendrán un cáncer de mama en algún momento de su vida.
El nivel socioeconómico de cada persona y cada país es un factor influyente en la mortalidad de esta enfermedad, porque en países desarrollados se ha reducido la mortalidad hasta en un 40% mediante la detección temprana y los tratamientos óptimos.
Menos del 1% de los hombres padecen de esta enfermedad y aunque la cifra es baja, también están expuestos a padecer dicha patología, por lo que también éstos deben revisarse y consultar ante cualquier anormalidad detectada.
El tejido mamario está compuesto de diversas células y cada una de estas puede ser la causante del cáncer. Saber el tipo de célula que inició el tumor y las características que ésta tenga, es importante porque puede variar la sobrevida.
Los tipos de cáncer de mama pueden ser in situ (el tumor es localizado) o infiltrantes:
Otro factor por considerar, ya que determina el tratamiento que se vaya a recibir, es si el crecimiento descontrolado de la célula se ve influenciado por los receptores de hormonas que éstas tengan.
Las células pueden tener receptores para:
Por lo que según el tipo de hormonas que estimulen su crecimiento, se pueden dar diferentes bloqueadores hormonales como parte del tratamiento y aquellas cuya proliferación no se vea influenciada por ninguno de estos receptores, son los tumores que se conocen como triple negativos.
Factores de riesgo
Hay varios factores ambientales, genéticos, hormonales, entre otros, que predisponen a que algunas mujeres sean más propensas a desarrollar un tumor mamario. Algunos de estos son:
Autoexamen de mama:
Este se debe realizar de forma mensual a mitad de periodo (día 15 o cercano al día 15). Se debe realizar el autoexamen tanto sentada o de pie como acostada, con el brazo del lado que se va a revisar doblado sobre la cabeza.
Se puede hacer en cualquier dirección, lo primordial es revisar todo el tejido mamario en ambas posiciones y sin olvidar revisar la axila, ya que una parte del tejido llega hasta esta zona. Se debe realizar presión sobre los pezones para descartar la salida de cualquier tipo de secreción por el mismo.
También es importante ver que no haya una diferencia significativa entre ambas mamas, que no haya cambios en la coloración de la piel, tales como enrojecimiento o lo que llamamos “piel de naranja”. Es importante que si los pezones siempre han sido evertidos (viendo hacia afuera), que no haya inversión de uno o ambos.
Ante cualquier cambio o presencia de masa, se debe consultar con el médico.
Examen físico médico:
Este es igual que el autoexamen de mama, pero realizado por un profesional en salud, ya sea un médico general o un especialista y debe realizarse al menos una vez al año.
Ultrasonido / Mamografía:
Este es realizado y revisado por un médico especialista en radiología, donde va a observar el tejido mamario y va a buscar anomalías tanto benignas como malignas en el mismo.
En mujeres jóvenes menores de 40 años lo recomendado es el ultrasonido, ya que por el tipo de tejido, la mamografía no sería de mucha utilidad y no está indicado usualmente de forma rutinaria.
En mujeres mayores de 40 años se recomienda la mamografía anual o bienal. Puede además requerir un ultrasonido complementario para captar el tejido mamario que aún no detecta de forma adecuada la mamografía.
En estos exámenes el radiólogo nos dará una clasificación llamada BIRADS, con la que sabremos el riesgo que hay de un cáncer de mama y cuál es el seguimiento que se le debe dar, según dicha clasificación.
Biopsia:
Este es el examen definitivo y confirmatorio de que una lesión mamaria es benigna o maligna; no está indicado para todas las lesiones que se pueden encontrar, solamente para las que tengan un riesgo que vaya de moderado a alto de ser realmente cancerosas.
Existen diferentes tipos, como la que es por medio de una aguja fina (BAAF) que consiste en tomar una pequeña muestra de las células del tejido afectado, o la biopsia con aguja gruesa (TruCut) con la que se obtiene una mayor muestra y es la más indicada para ver estas lesiones.
Estadiaje
El estadiaje nos dice qué tan avanzado está en un tumor. Nos ayuda a definir cuál sería el mejor tratamiento para la paciente y además nos da una buena noción del pronóstico de cada paciente.
El estadiaje se obtiene mediante estudios clínicos y radiológicos y se basa en 3 parámetros conocidos como TNM:
Según estos parámetros se obtienen los estadios I, II, III y IV que a su vez se subdividen en Ia, Ib, IIa, IIb, IIIa, IIIb, IIIc y IV; donde Ia es el de mejor pronóstico y IV es el de peor pronóstico, ya que en este punto hay metástasis a otros órganos.
Tratamiento
Como hemos mencionado, el manejo va a depender de muchos factores inherentes de las células cancerosas y de qué tan avanzado se encuentre, pero algunas de las opciones terapéuticas que el oncólogo puede discutir con la paciente son:
Con respecto a la cirugía, también hay diferentes opciones según el tipo de tumor y qué tan avanzado se encuentre éste, al igual que con el tratamiento médico. Sin embargo, puede ir desde una cirugía conservadora donde incluso se preserva el pezón, hasta una mastectomía completa, donde se retira todo el tejido mamario incluyendo el pezón.
Para más información, no dude en contactarnos en nuestro Centro de Cáncer y Hematología y con todo gusto nuestros especialistas le atenderán.