¿Cómo afrontar la Navidad cuando se pasa por un proceso de cáncer?

En estas fechas hay demasiadas expectativas de divertirse y festejar, pero esto puede ser todo un desafío si hay un diagnóstico de cáncer de por medio.

Definitivamente no es fácil equilibrar las propias emociones con el espíritu navideño, más porque el cuerpo no siempre responde como se desea.

Sabiendo esto, es importante prever ciertos escenarios y prepararse, algo así como plantear un plan de contención que contemple que nuestras emociones pueden variar y que es importante ser flexibles con nosotras y nosotros mismos.

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Padecer este tipo de enfermedad puede colocar un gran peso por “tener que estar bien”, y como no siempre es posible, la angustia puede ser intensa.

En vez de tratar de poner el enfoque en estar totalmente bien, le compartimos algunos tips que pueden ayudar a que durante estas fechas usted pueda dar espacio a sus emociones de la mejor forma posible:

  • Reconozca que puede ser normal que sus sentimientos no vayan “acorde” a las expectativas de la época. Experimentar tristeza, molestias, culpa o desagrado son emociones totalmente válidas y normales.
  • Hable con aquellas personas importantes sobre cómo se siente y qué quisiera, no es necesario decir todo, pero sí suficiente para que otros puedan saber cómo ayudar.
  • Permítase sentir, tome sus tiempos fuera y llore si es necesario. Si le es posible, trate también de reír e incluso encontrar espacios de agradecimiento.
  • Si es parte de la organización de una reunión no se complique, mantenga las cosas sencillas. Es un buen momento para que entre todas y todos los invitados compartan las tareas.
  • Priorice su energía, no es necesario asistir a todas las actividades que se vayan a realizar, tampoco quedarse todo lo que dure. Reconozca sus límites y respételos.
  • Trate de no compararse con cómo era antes de la enfermedad, esto puede generar mucha culpa. No se juzgue, usted no eligió lo que le está pasando. Practique mejor la comprensión con usted mismo, eso lo ayudará a sentir un poco de paz e incluso le permitirá recargar la energía.

Algo que no se puede dejar de lado es que quien tiene la enfermedad no es la única persona que la puede pasar mal. Familiares y amistades también sufren por lo que puede estar sucediendo.

Las emociones a veces desbordan tanto que simplemente no se sabe qué hacer. La comunicación siempre va a ser primordial, conversen entre todos y todas sobre lo que necesitan, pregunten cómo darse apoyo mutuamente y respeten las decisiones que cada uno quiera tomar.

Y si las opiniones sobre cómo celebrar las fiestas son distintas, busquen ceder y encontrar puntos en común que les permita mantenerse unidos.

Y si no sabe bien por dónde comenzar a apoyar, quiero dejarle algunos consejos:

  • Dese chance para experimentar sus propias emociones e identifique sus necesidades.
  • Puede preguntar qué expectativas tiene la persona con la enfermedad y si hay alguna forma especial en que le gustaría que se celebrara. Tome en consideración el tipo de comida y los tiempos y lugares de descanso.
  • Haga en conjunto un plan de contingencia en caso de que alguien no se sienta bien o cómodo durante la actividad. Saber que la otra persona ya sabe qué hacer puede dar alivio y ahorrar estrés en el momento.
  • Respete si la persona no desea estar presente en toda la actividad. Plantee su disposición para ayudar en lo que se necesite, independientemente de que esté o no de acuerdo con la persona.
  • Se vale sentirse triste, también disfrutar y encontrar espacios de paz.

Es normal hacer todos los esfuerzos para tratar de mantener el ánimo alto y que esto no afecte a las demás personas, sin embargo, no siempre será posible.

Trate de buscar el equilibrio entre escuchar sus necesidades y compartir con los demás. El apoyo, la comunicación y conocer los propios límites será fundamental para lograrlo.

Y no olvide darles espacio a los sentimientos, identificarlos y sentirlos será fundamental para poder regularlos.

Habrá momentos de dolor y tristeza, pero también de paz, alivio y agradecimiento. No se trata de que nosotros nos adaptemos a las fiestas, sino que seamos capaces de adaptar la celebración a nuestras nuevas necesidades.

Recuerde que el objetivo es unirse y amarse más.

Elaborado por:

Licda. Sofía Valerio Peña