Ser feliz al sobrevivir al cáncer, ¿cómo hacerlo?

“Cuando comenzaste el tratamiento oncológico, no podías esperar el día que terminara. Ahora que finalizaste el tratamiento, no estás seguro si estás listo para vivir luego del tratamiento como un sobreviviente de cáncer”.

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La persona que ha tenido cáncer, frecuentemente se la llama sobreviviente de cáncer. No a todos los que han tenido cáncer les gusta la palabra “sobreviviente” y esto se debe a que vivir con antecedentes de cáncer significa cosas diferentes para cada persona.

La mayoría de las personas intuye que la vida va a ser diferente después del cáncer. En ocasiones, este evento ocurre como un cambio mayor, que una vez superado, puede traer consigo un mayor aprecio o distinta visión de la vida misma, entre otros cambios importantes.

Muchos de los sobrevivientes de cáncer han tenido tipos de cáncer frecuentes (cáncer de mama, próstata, colorrectal, cervicouterino u ovárico y melanoma) y, las tasas de supervivencia más altas de la actualidad pueden deberse a las siguientes mejoras importantes en la prevención y el tratamiento del cáncer:

  • Los tratamientos existentes se usan de mejores maneras.
  • Menos efectos secundarios, lo cual mantiene los tratamientos planificados según lo previsto.
  • Nuevos tratamientos, como las terapias dirigidas y la inmunoterapia.

Cabe destacar que, al realizarse el diagnóstico de cáncer, todos los esfuerzos del paciente y su red de apoyo se enfocan en completar exitosamente el tratamiento.

Al momento de finalizar el tratamiento, surge un importante periodo donde se replantean todo tipo de situaciones y deben establecerse nuevas metas.

 

Los sobrevivientes pueden tener:

  • Alivio de que finalizó el tratamiento, pero con incertidumbre y ansiedad acerca del futuro.
  • Temor a realizarse exámenes de control y temor de que el cáncer regrese.
  • Culpa por sobrevivir, sobre todo si ha perdido a familiares o amigos por cáncer, o incluso compañeros que conoció en la unidad de quimioterapia fallecieron.
  • Problemas físicos, psicológicos y sexuales (incluyendo fertilidad).
  • Discriminación o problemas de adaptación al trabajo.
  • Cambios en las relaciones (por ejemplo, amigos que se alejan, familiares sobreprotectores o resurgimiento de problemas que ya existían previo al diagnóstico de cáncer).

Uno de los momentos que más ansiedad genera, es cuando se vuelva a interactuar con otras personas, sea en el trabajo o en otros ámbitos.

 

Recomendaciones:

  • Darse cuenta de que el momento y la manera en la que da a conocer su diagnóstico es una elección personal.
  • Si decide hablar sobre el camino recorrido, ponga límites en lo que comparte.
  • Si se va a reincorporar al trabajo, piense en lo que sus compañeros de trabajo podrían preguntarle.
  • Decida con antelación cómo desea responder a sus preguntas.
  • Tómese el tiempo para reconocer el miedo, el duelo, la soledad u otras emociones que pueda estar experimentando. Luego, tome medidas para comprender por qué siente estas emociones y qué puede hacer al respecto.
  • Recuerde que todo lo que usted siente es normal. La recuperación del tratamiento oncológico no se trata solamente de su cuerpo, también se trata de sanar sus emociones y su mente.
  • Apóyese en las guías para sobrevivientes redactadas especialmente para esta circunstancia (por ejemplo, NCCN Survivorship Care for Healthy Living). Se abordan temas de gran relevancia como actividad física, alimentación, uso de suplementos, peso, metabolismo, prevención de infecciones, etc).
  • Utilice todas las herramientas disponibles (desde su red de apoyo hasta sus citas con sus proveedores de salud), para convertirse en un paciente informado, con conocimiento de su situación y expectativas claras respecto al futuro. Este empoderamiento como paciente le dará mayor tranquilidad y confianza en el futuro.

“Quien no ha afrontado la adversidad, no conoce su propia fuerza” – Ben Johnson.

Elaborado por:

Dra. María José Ibarra