Actualmente, la especialidad oncológica es de extrema importancia, pues es el primer abordaje terapéutico que recibe la paciente con cáncer, normalmente, determina el resultado final de la enfermedad.

El ginecólogo oncólogo es un profesional, que luego de graduarse como médico general, estudia durante 4 años la especialidad de ginecología y obstetricia, y al graduarse como ginecólogo general, se preparó durante 3 años más.

Estos 3 años de entrenamiento, conllevan adquirir todo el conocimiento en forma profunda y detallada, de las enfermedades que se involucran y en adquirir las destrezas quirúrgicas para poder tratarlas. La prevención de dichas patologías también es parte importante de su formación.

Las enfermedades involucradas abarcan los siguientes cánceres:

• Cáncer de vulva.
• Cáncer de vagina.
• Cáncer de útero.
• Cáncer de trompas y ovarios.
• Cáncer de mama.
• Cáncer de cérvix uterino.

Los dos últimos se encuentran dentro de los cánceres más frecuentes en Costa Rica y por su parte, el cáncer de ovario representa un gran reto, pues, aunque no es tan frecuente, por sus características clínicas y biológicas, es uno de los más difíciles de tratar.

Todas las cirugías gineco oncológicas, tienen su alto grado de dificultad técnica, la cual requieren de este entrenamiento adecuado, para realizarlas de la forma correcta.

Actualmente, se tiene claro que, para lograr los resultados óptimos, en los diferentes escenarios de patología maligna ginecológica, debe ser tratada por un especialista en Ginecología Oncológica, ya que, la sobrevida del paciente depende de esto.

Prevención

¡Prevenir, siempre es mejor que tratar una enfermedad!

Es importante recalcar que la forma en que tamizamos las enfermedades para detectarlas de forma temprana está establecida por estudios de investigación que han definido la forma apropiada de hacerlo.

Este proceso, también es importante que sea hecho por el ginecólogo oncólogo, pues permite tener la forma correcta de hacerlo y se podrá obtener los mejores resultados.

Tratamiento

La acelerada forma en que recibimos la información médica hace que las decisiones sobre el tratamiento del cáncer sean cada vez más complejas. Esta complejidad, hace que se requiera de los más calificados subespecialistas, para lograr los mejores resultados.

Una vez que nos enfrentamos a la posibilidad del cáncer, ya sea porque hicimos una biopsia, o porque tenemos estudios de imágenes que son altamente sugestivas, la evaluación con el ginecólogo oncólogo, va a permitir que se trace el plan de tratamiento de la forma correcta.

Es importante entender que algunos cánceres se operan primero y luego reciben tratamientos como quimioterapia y/o radioterapia, mientras que otros reciben tratamiento neoadyuvante (quimioterapia y/o radioterapia primero) y luego se realiza la cirugía.

El orden de estos tratamientos depende del estadio de la enfermedad y sitio de origen. La decisión correcta del orden de estos tratamientos impactará en el resultado final.

Los años de entrenamiento clínico y quirúrgico, junto a la educación médica continua y experiencia del especialista, deben ser los puntos más importantes a la hora de escoger el profesional que la va a tratar.

Elegir al especialista correcto, para su tipo de cáncer, le va a permitir, tener la mejor tasa de éxito y así, la mejor posibilidad de curación.